El Maruñón, que viene de El Puerto de Santa María, en la estación salió corriendo hacia el DJ Tempul y le dijo muy alarmado: –¡Es terrible… el flamenco no es que esté en crisis… es que se ha terminado… me lo han dicho en la rave del Monkey Week en Valdelagrana!
–Lo mismo se decía del teatro y la novela, son excusas para subir los precios y pedir más dinero… además, ¿qué flamenco dices que se ha acabado: el flamenco de los cabales hartos de vino… el flamenco de los niños que salían del cine bailando kung-fu y remeando a Joselito… el de las niñas que juegan al elástico… el de las niñas que todavía siguen enganchadas al elástico y siguen saltando al porno… el de las niñas que cantiñean en una terraza el éxito de Poveda… el del oficinista que entona un villancico cargando con la caja de polvorones que le regala el banco… el de la señora a la que el banco nunca regalará un almanaque y está comprando ahora el pescado en el mercado y que canta divinamente aunque nadie lo sepa… el del borracho que vuelve a su casa con el piloto automático puesto… el de los chorizos que dan calor con la megafonía de las atracciones de feria… el del vendedor de bragas y sostenes de la plaza de abastos… el del vendedor de zapatos del mercadillo que te vende un zapato y te regala el otro… el del que oposita a dar la asignatura de cante jondo en el conservatorio… el del que ha ido a Teruel a comprar matas de alcauciles… el del que disfruta hasta el final de la barbacoa en la azotea del bloque de pisos… el del que acarrea el amplificador y pasa la gorra por el paseo marítimo… el del constructor de guitarras que no sale de su cuarto y mastica puntillas… el del que tiene todas las cintas de Ana Reverte y es adicto a las colombianas… el del fandango grande de Bárcenas… el de los romances infinitos de los eres… el de los cantaores concurseros que van a requerir los premios de las comarcas… el de la chica que jalea mecánicamente en las academias… el del saetero invitado al puenting de los balcones de los ricos en la semana santa… el de los vitalicios de las peñas que se soportan mutuamente para que te soporten también a ti… el del fotógrafo industrial que anima cantando y hace bailar a las escogidas damas de honor de las fiestas mayores… el del marinero ronco que a bordo compite contra el motor del barco de bajura… el que sale de los altavoces dorados de un automóvil al que le tiembla la chapa con el volumen y le cimbrean hasta las lunas tintadas… el de los cabreros reunidos que vuelven caminando campo a través desde la romería de la montaña vecina… el del que da el agua en la costa espantado por los helicópteros de la Stockhausen… el del que ha cobrado la nómina completa al final del mes que se indica… el del fandango infrasónico de los poetas yámbicos y muertos… el del que baila y se canta a sí mismo por lo bajini mientras ensaya… el de las comuniones, bodas y bautizos… el que se practica en los cultos de religiones alternativas… el del que tiene que cantar por cojones todos los días y a una hora fija… el del que se transmite por la radio y que es pisado siempre por las señales horarias… el del hijo que tiene que montar el numerito en el entierro de su padre… el del padre que no evitó que su hijo grabara un disco, o dos… el de un coro rociero ensayando en un primer piso a las diez de la mañana de un domingo… el de Cantinflas en la película Ni sangre ni arena donde se quema al Niño del Brillante… el del que lleva cuarenta años viviendo y friendo papas en la Casa de España de la Bahía de Hudson o en la Pampa argentina… el del arranque eterno de las películas de Tarzán… el de los cedés que regalan las embajadas catalanas y andaluzas… el de las adaptaciones de los himnos de los pueblos, barrios y calles… el de las mujeres entre las hogueras y a los que no pueden asistir los hombres… el del flamenquito apaleado de los Nuevos Medios… el de los bares cuando se cierran y todavía hay gente dentro… el de los siete cantes por treinta euros de la tienda de discos Grammy… el del tablao de la Güija de Torremolinos o el de los bodegones barrocos sevillanos… el de los artistas que amenizan las cenas de protocolo en las embajadas… el del que canta en la ducha… el del que se le rompe la hucha… el del que se acaba de comprar una guitarra… el del que aprueba un examen… el de los niños del instituto obligados a hacer una zambombada… el de los anuncios publicitarios… el de los cantaores residentes de la bodega… el de los que piden otra paga y otro piso… el del que rellena los programas de concursos musicales de las televisiones… el de las locazas guineando en las parrilladas vegetarianas… el del que vale un euro en las montoneras de los supermercados… el de los discos que parece que se grabaron dentro de una tinaja… el del que anuncia el viento de levante y los temporales… el que creías que era de tu abuelo y de tu padre hasta que descubriste que era un tema original de Judas Priest… el de los yonquis pidones que han vuelto cuando se creían desaparecidos en los ochenta… el del rebobine que nos viene encima de toda la democracia audiovisual… el de la queer rociera que nunca se convertirá en Friné… el de la vieja al enterarse de la subida del butano y de los pañales de última generación… el de los que mueren grabados y apaleados por las mozas y mozos de la policía masificada… el de los santos que le arrancaban la cabeza como escarabajos y seguían cantando… el de la chicharra dejada caer en la carrasca viendo cómo cierran la fábrica del hormiguero… el de la novia blanca al novio colorado… el de los artistas locales que se anunciaban de relleno en los circos ambulantes de variedades… el de los que están cortando uva…. el de los que han terminado de cortar la uva… el del que te despierta en el camping de Toronto… el de las coreografías de las nadadoras sincronizadas… el del político ajumadito en el crucero por Grecia… el de las promociones de los juegos olímpicos de Madrid… el que se escucha subliminalmente todo el tiempo en la banda sonora de West Side Story… el del festival que organiza Gerardo Núñez en plena marisma de Trebujena… o el que constantemente reciben del espacio exterior todos los observatorios astronómicos que están al corriente del pago de la luz eléctrica? ¡Ea!
Blog de David Pielfort.