
«La idea de cultura popular moderna contiene la tensión entre modernización urbana y memoria de la ciudad popular que desaparece (…), y que en términos fotográficos, produce las dos retóricas principales en la construcción de la imagen de la ciudad: la iconografía monumental y de los nuevos espacios modernizados, por un lado; y, por otro, la documentación de la ciudad vieja antes de su inminente demolición (por tanto, en proceso de mitificación), así como de las formas de vida popular (…)»
JORGE RIBALTA, Laocoonte salvaje, 2012
«¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Ciudad de dolor y almizcle,
con las torres de canela.»
FEDERICO GARCÍA LORCA, Romance de la Guardia Civil española, 1928
El flamenco en su forma urbana, posee esa necesaria y excitante cualidad, de producir imágenes de resonancia histórica que imposibilitan negar el flujo visual en donde se instalan, pero que a su vez, interrumpen por momentos dicho flujo generando interesantes e innovadoras variaciones espacio-arquitectónicas, que permiten acercarse al flamenco desde una mirada más fresca y transparente. Como cuenta García Mercadal, en su libro La casa popular en España (1930), la idea de ésta y su historia va íntimamente ligada a la historia de los pueblos a los que pertenece[1]. Y es que dicha vivienda popular es, por descontado, la arquitectura que se mantiene en una relación más íntima con la geografía local, y con sus forma de vida popular, mostrándonos un urbanismo que nos puede parecer en casos predeterminado, pero que es sumamente rico y esclarecedor cuando hablamos de lo flamenco. Fue Pohren quien, en su libro Una forma de vida (1998), cuenta que justamente en el antiguo barrio malagueño de viviendas populares, en esa encrucijada entre las calles Cruz Verde y los Negros, tuvo su primer contacto con la vida popular gitana en 1954[2]. Aunque como observa Jorge Ribalta en la actualidad ya no hay gitanos allí, como no los hay en otros muchos sectores marginales de viviendas populares, puesto que como sabemos, la composición de clases en las viviendas populares y protegidas ha cambiado, y es que «ya los gitanos no son el escalón más bajo del lumpemproletariado»[3]. Aunque tampoco es muy seguro que alguna vez lo fuesen, o que incluso la propia idea de lumpen lo sea, ya que como apunta Pedro G. Romero, el filósofo Willy Thayer ha reconsiderado la noción de lumpen en Marx, estudiando sus usos desde el alemán y ampliando el campo social de dicha noción[4]. Por lo que aplicando sus ideas, los gitanos no estarían en el escalón más bajo sino que se situarían dentro de esta noción de intersticios, en los «entre». Lo cual iría también mucho más acorde con la idea de unir el concepto hampa[5] de Bataille a los gitanos, y por extensión, al lumpen flamenco. Pero lo que si es cierto, es la precariedad que históricamente ha acompaña a dicha vivienda marginal en los sectores de los agentes sociales del flamenco. Al igual que Guy Debord remitía, el 5 de octubre de 1982 a la productora de Lebovici (Soprofilms), la necesidad de que su por aquel entonces último proyecto cinematográfico -relativo a lo flamenco- se centrase en Andalucía[6] «por diversas razones históricas y culturalmente evidentes»[7], parece pertinente centrar en esta misma geografía, al menos en un primer momento, el estudio de la arquitectura popular relativa al flamenco. Según los estudios de Mercadal, la casa popular andaluza muestra una herencia directa de la casa morisca que se advierte tanto en su planta como en su fisonomía[8], y es justamente de esta distribución arquitectónica de donde nace el tan típico patio andaluz, que después se reproducirá en multitud de viviendas burguesas, locales o tablaos. Así como blancos muros de pequeñas casas, con cubiertas a dos aguas y ventanas con reja[9]; y por su puesto, «trepadoras, emparrados y macetas que alegran con su nota de color los patios (…)»[10]. No olvidemos, que el lumpen flamenco constituye su estética en estrecha vinculación con el emergente urbanismo. Si iconografía y reforma urbana van juntos, vivienda y formas de vida popular también. Y es en la permeabilidad inconciente que desde la cultura popular se filtra a la arquitectura, donde encontramos lo flamenco, esa forma de estar en el mundo; que al igual que Pedro G. Romero, creo que fue lo que les interesó a algunos situacionistas[11] como Debord, Constant y sus construcciones arquitectónicas basadas en las formas de vida de los gitanos, o el danés Asger Jorn.
En 1928, durante la última semana del mes de junio, se celebro en Suiza[12] la primera reunión de los CIAM (Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna)[13], a la que sólo dos arquitectos españoles, Juan de Zavala y García Mercadal, fueron invitados[14]. Sin duda asistieron los arquitectos más importantes del pasado siglo, aunque por aquel momento la mayoría eran perfectos desconocidos: Mies Van der Rohe, Hannes Meyer o Walter Gropius desde Alemania; Josef Hoffman desde Austria; Robert Mallet-Stevens y Auguste Perret desde Francia; Gerrit Rietvel, J.J. Pieter Oud o Mart Stam desde Holanda; Moisei Guinzburg y El Lissitzky desde Rusia; Adolf Loos desde Checoslovaquia; y Alberto Sartoris y Carlo Enrico Rava desde Italia[15]. Sus colegas centroeuropeos quedaron fascinados por el ingenio y el carácter dicharachero de Mercadal, que sin duda exploto en esas cenas y comidas generosamente regadas con excelentes vinos y que resultaron ser más largas y productivas que las propias jornadas de dialogo. Quizás fue esa una de las razones por las que, tras finalizar el congreso y enviar el primer manifiesto de los CIAM[16] a los gobiernos de los países representados, instituciones internacionales y sociedad de naciones; Mercadal consiguió atraer a algunos de estos relevantes colegas a un extenso ciclo de conferencias que se impartió en la Residencia de Estudiantes de Madrid -el cual había contado en mayo de ese mismo año con dos brillantes conferencias de Le Corbusier-, introduciendo con ello en España, la arquitectura moderna y racionalista. No debemos olvidar, que fue precisamente el arquitecto García Mercadal el artífice del primer Concurso de Vivienda Mínima en España que trataba de establecer las bases de una nueva vivienda barata, higiénica, digna y funcional[17]; propulsoras, con buenas intenciones nadie lo duda, de lo que después se convertiría en la mayoría de los núcleos o barrios de viviendas marginales de todo el territorio español, no siendo el Sur una excepción -aunque sí más tardía-. Como las Tres Mil Viviendas de Sevilla, ejemplo del llamado «chabolismo vertical», o las actuales ideas del «chabolismo chic», algo que como veremos ya se dio en la España de los años 70. Así que en el primer caso, llegaba ante nuestros ojos el principal paisaje urbanístico de algunas barriadas marginales andaluzas, que como grandes bosques de pisos precarios muestran una arquitectura predeterminada y específica. «Se visualizan sin problemas, casas bajas y bloques altos distribuidos de una forma aleatoria y sin el más elemental planeamiento urbanístico»[18]. Y es que justamente el caso de las Tres Mil Viviendas[19], el chabolismo vertical de mayor extensión en territorio urbano que podemos encontrar en la ciudad de Sevilla, coincide con una topografía flamenca específica, es decir, constituye un núcleo urbano-flamenco generador de artistas, como los hermanos Raimundo Amador y Rafael Amador (dúo Pata Negra), Emilio Caracafé, Ramón Quilate, Luis de los Santos, José Jiménez (Bobote), Rafael (el Eléctrico), Martín Revuelo, El pescailla de Cadi, Juana Revuelo, Martín Revuelo Hijo, Pelayo (el Torrao) o Pepe (el Quemao).


El Rincón de Goya fue la primera arquitectura racionalista del país, erigida por Mercadal en 1927. La inclusión de esta nueva arquitectura en el territorio nacional no fue nada sencilla, de hecho, el historiador de arquitectura suizo Sigfried Giedion cuenta en su artículo La arquitectura contemporánea en España (1931)[20], publicado en la mítica revista Cahiers d’Art, que aunque los países septentrionales no se explicaban la resistencia que había en España, y otros países del sur, a adoptar la arquitectura moderna como nueva arquitectura oficial, la cuestión residía en que aunque «España haya dado obras pictóricas fundamentales que han contribuido a formar nuestra visión actual del universo»[21], debemos entender que la pintura puede ir más allá de las fronteras del propio territorio nacional, pero por el contrarío, la arquitectura está ligada al país y no puede desvincularse ni del territorio geográfico, ni de las condiciones particulares que le son dadas, así que ya que los propietarios constructores, o los gobernantes españoles del momento, estaban poco dispuestos, o no comprendían en absoluto esa nueva arquitectura, era imposible su desarrollo[22]. Y sin duda García Mercadal fue uno de los principales difusores de esta nueva arquitectura moderna, que no sólo potencio en el uso y aplicación a la «vivienda minima», la vivienda social, sino que genero todo un deseo regenerador por medio de una nueva difusión y percepción arquitectónica, centrando de forma particular el interés de la vivienda en las casas-maquinas de habitar[23] de Le Corbusier. Y es en la primavera de 1928, siendo el artífice de la primera incursión de los llamados arquitectos modernos en el territorio español, cuando el suizo Le Corbusier visita la Residencia de Estudiantes de Madrid para impartir dos conferencias –Arquitectura, mobiliario y obras de arte y Una casa, un palacio-, que como sabemos causaría en el poeta García Lorca, una gran impresión. Hasta el punto de comparar las viviendas pobres del Sacromonte y el Albaicín, donde vivían gitanos y flamencos, con la «máquina de habitar» lecorbusiana, generando paralelismos entre la austeridad y pureza de líneas de dichas viviendas populares, con las líneas puras y racionales del cubismo arquitectónico. Claro, que la simplicidad de líneas y formas a las que apela Lorca para exaltar a estos espacios-casa arquitectónicos del flamenco, son más el resultado de la tradición y la extrema pobreza que una inclinación o madurez arquitectónica determinada. Es también García Mercadal quien afirma, que la casa es la obra que mejor refleja tanto la manera de ser de los pueblos, como la relación entres sus gentes, activos sociales o individuos; viendo dentro de esta relación la casa popular como arte nacional en su estado puro[24]. No olvidemos que es el propio Joaquín Costa, en palabras de Mercadal, quien la señalo como eje de la vida rural[25]. «La habitación, el pequeño fenómeno geográfico tan íntimamente ligado con la vida humana, es casi tan efímera como nosotros mismos: sin embargo, guarda cierta permanencia en sus caracteres generales, uno como potente fisonomías que va ejerciendo su influencia sobre las formas que se suceden»[26]. Las formas arquitectónicas del movimiento moderno no encontraron un ambiente receptivo en Andalucía, de hecho si Mercadal se quejaba de que en España las fachadas rara vez eran el resultado de las plantas -resultado en clave arquitectónica del racionalismo arquitectónico preponderante en Europa-, en Andalucía la tradición y el uso de las claves adheridas a la vivienda popular oriunda eran aplastantes. No obstante, esta nueva arquitectura consiguió introducirse en el Sur gracias a que algunos arquitectos y clientes decidieron aparcar tópicos, regionalismos y retraso industrial; para promocionar construcciones sumidas totalmente en las nuevas sinergias culturales y arquitectónicas. Ejemplo de ello serían los posteriores modelos de «arquitectura pop» que ofrecería Torremolinos como epíteto de la Costa del Sol. Tampoco debemos olvidar que entre 1930 y 1939 Mercadal desarrolla una inmensa actividad en colaboración con el Grupo GATEPAC, construyendo varias colonias de casas baratas en Sevilla. Cuenta Bosco Gallardo, en su artículo Movimiento moderno al sur, que la mítica «Ciudad de los gitanos», sobrenombre literario de Jerez de la Frontera, como sabemos surgido de la pluma de García Lorca en su trágico y surrealista Romance de la Guardia Civil (1928), refleja de forma peculiar una de las características más relevantes de la sociedad de la ciudades andaluzas, y que pone de relevancia el hecho de que en Andalucía se generase con absoluta normalidad y naturalidad la convivencia y mezcolanza entre sus agentes sociales, entre gitanos y no gitanos. Y es que este dato se traduce, en clave arquitectónica, como la facilidad que poseen los espacios flamencos para incorporar escenografías propias, es decir, re-lecturas en clave decorativa, por llamarlo de algún modo, de lo que los turistas querías o entendían por espacios flamencos, que como apéndices se introducían en arquitecturas de ultima generación. Un exotismo flamenco, o mudejarismo, introducido en el interior de arquitecturas racionalistas, pop o surrealistas, como en el caso de la costa andaluza[27], Torremolinos[28] o Puerto Banus.



En el Norte, la cosa fue más avanzada, y la arquitectura racionalista se acepto de mejor grado. Aunque no hubo exponentes muy destacados en lo relativo a los espacios flamenco hasta 1971, con lo que podríamos denominar el primer ejemplo de «chabolismo chic», el proyecto de viviendas para gitanos en Campaño-Poio (Pontevedra), de los arquitectos César Portela y Pascuala Campos. En 1928 y 1930 se impartieron conferencias en defensa de la nueva arquitectura centrada en la geografía del norte del territorio, potenciando junto con otras actividades -llevadas a cabo por Mercadal-, la difusión de la arquitectura racionalista en el norte del país. Estas conferencias, junto con las exposiciones sobre arte y arquitectura modernas celebradas en San Sebastian ese mismo año, dan visibilidad a los primeros edificios afines a dicha estética moderna, y la labor divulgativa de algunas revistas contribuyeron a la difusión del racionalismo en el norte[29]. También fue en 1930, y junto a los arquitectos Aizpurua, Sert y Torres Clavé, cuando Mercadal fundó el GATEPAC (Grupo de Arquitectos y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea). Dentro de este grupo, García Mercadal conecta la arquitectura española con la europea, a la vez que enfatiza la función social que debe ejercer la arquitectura y el urbanismo[30]. Es el 10 de noviembre de 1930 cuando Walter Gropius da en Hotel Carlton de Bilbao, y bajo el título Arquitectura funcional, una de las conferencias clave para entender la incursión de la nueva arquitectura en el País Vasco. Recordemos que Gropius había comenzado su carrera con una estancia en España, por lo que impartió dicha conferencia en castellano, lo que sin duda ayudó a su difusión. Recordemos que en el otoño de 1907 Gropius había abandonado prematuramente sus estudios de arquitectura para marcharse, en compañía de Helmuth Grisebach, un amigo de la infancia, a recorrer durante ocho meses buena parte de la Península Ibérica, con la guía Baedeker bajo el brazo. De sus peripecias españolas dan cuenta las postales, y sobre todo las numerosas cartas, que Gropius envió a su madre a modo de diario de viaje[31]. Pero como decíamos no es hasta 1972 y 1975, momento de clara consciencia de la crisis urbana, «cuando se construyen piezas de importancia que parecen marcar las directrices de los siguientes años. Entre la arquitectura que va tomando nueva forma se detecta la continuidad de una arquitectura tecnológica más apurada que adquiere un inquietante aire maquinista»[32]. Se percibe la presencia y evolución de la arquitectura racionalista a la neo-racionalista, y tienen lugar las primeras penetraciones de ironía posmodernas y construcciones contextualistas[33] en nuestro país. Se desarrolló en esos años una actitud más crítica, con las publicaciones de Rossi, Venturi y Tafuri; que encuentran en los setenta una favorable acogida, apareciendo a su vez nuevas revistas de arquitectura como Arquitecturas bis o El carrer de la ciudad*. Y una serie de arquitectos y obras de relevancia van dando nuevos rumbos a la arquitectura desde el inicio de los setenta. Y justamente en este punto es donde nos encontramos con las formas neo-racionalistas de unas peculiares caravanas gitanas. El lugar del emplazamiento fue la creta de una pequeña loma desde la que se domina el meandro que el río Lérez forma a su paso por Pontevedra y en su encuentro con la Ría del mismo nombre[34]. «Desde allí se domina la ciudad de Pontevedra»[35]. Se escogió este lugar ya que anteriormente era el asentamiento original de un grupo de familias gitanas, que habitaron primero en carros y más tarde en chavolas[36], de estas sugerencias de programación nacen analogías con las antiguas carretas o roulottes gitanas de los habitantes de estas «casas», como la organización de la planta o la formalización dada a la cubierta-almacén. Se llevó a cabo en dos fases (8 y 12 viviendas respectivamente) y un pequeño centro de reuniones y trabajos manuales con posibilidad, de habitarlo eventualmente como edificio dormitorio para algunas familias de paso. Por desgracia sólo se construyó la primera fase. Con este conjunto se pretendió formar un pequeño núcleo de población suburbial chic adecuado a las características de los usuarios, en este caso de etnia gitana. Y del cual Lloren Soler, nos dejo un magnifico documento visual bajo el título Gitanos sin romancero (1976). Pero como sabemos no sería el primer proyecto destinado a la re-construcción de un campamento gitano, ni que decir tienen, los esfuerzos de Pinot Gallizio o el maravilloso campamento-nómada para los gitanos del Alba, con aires futurista, del belga Constant Nieuwenhuys.
«Aquel día concebí el plan de montar un campamento permanente para los gitanos de Alba, y este proyecto constituye el origen de la serie de maquetas de New Babylon. Una New Babylon donde se construye bajo un techo con elementos móviles, una casa común; una vivienda provisional, remodelada constantemente; un campo de nómadas a escala planetaria.
New Babylon no se detiene en ninguna parte, puesto que la Tierra es redonda. No conoce fronteras, puesto que han dejado de existir las economías nacionales, ni colectividades, puesto que toda la humanidad es fluctuante. Cualquier lugar es accesible a todos y cada uno de los individuos. Toda la Tierra se convierte en la morada de los terrestres. Cada cual cambia de lugar cuando quiere, y va adonde quiere. La vida es un viaje sin fin a través de un mundo que se transforma con tanta rapidez que a cada instante parece distinto»
CONSTANT, Manifiesto New Babylon, 1974
A ¡un terreno miserable![37] es donde en el invierno de 1956 los situacionistas Constant y Pinot Gallizio -propietario de aquella inmunda parcela-, fueron a visitar a un grupo de gitanos zíngaros que acampaban habitualmente en la plaza del mercado de ganado del municipio piamontés de Alba. Tras prohibírsele el acceso a dicha zona urbana, Pinot les ofreció este inhóspito paraje para que pudieran acampar y pernoctar. Giuseppe Pinot Gallizio fue uno de los primeros miembros del grupo situacionista -que se remonta a la época de la Bauhaus imaginista-, había desempeñado ya por aquel entonces un papel importante en su ciudad natal, al norte de Italia, al defender los derechos de los gitanos a levantar campamentos. Fue justamente esta defensa del nomadismo, la que convirtió en un elemento importante del pensamiento situacionista el modo de vida gitano[38]. Y así es, como el artista belga Constant, otro de los primeros situacionistas, tuvo contacto con la vida popular gitana en el norte de Italia. Como resultado de este interesante encuentro Constant diseñó un campamento gitano como proyecto arquitectónico ideal y futurista, que materializaría en la creación de una singular maqueta que se podía desmontar, transportar y re-construir todas las veces que la vida lo requiriera. New Babylon, era un alentador e innovador, proyecto arquitectónico de ciudad postcapitalista. Estaba diseñado como un espacio dinámico, continuo e indiferenciado; donde era imposible repetir experiencias o seguir rutinas. Y en el que sus habitantes estarían liberados del trabajo, dedicándose exclusivamente al juego y al ocio. Idea que después encontraríamos, sin la potente carga teórica e ideológica, en el centro de reuniones y trabajo manuales para los gitanos de Pontevedra. Sin duda, la internacional Situacionista, o mejor dicho alguno de sus integrantes, se vieron fuertemente atraídos por esta forma de estar en el mundo de los agentes sociales de la etnia gitana, ya que incluso después de su disolución Guy Debord siguió desarrollando proyectos relativos al flamenco. Y no fue el único, ya que su compañera por aquel entonces Alice Becker-Ho escribió un fascinante librito sobre el idioma romaní. «Hay una sensación obvia de que este interés por respaldar a los nómadas y a los gitanos podría estar también relacionado con el apoyo de Asger Jorn a lo espontáneo y lo dionisíaco, por encima de lo clásico y lo apolíneo»[39]. De todas las ciudades futuristas diseñadas en aquella época, y hubo muchas, la de Constant sigue siendo la más fascinante. Actualmente no debemos dejar de mencionar las propuestas de la Ciudad del Flamenco de Jerez de la Frontera, que aunque no se haya llegado a realizar por razones de crisis económica, o eso alega la Junta de Andalucía muy convenientemente a favor de su territorio de confinamiento: Sevilla; sin duda, han dado un revulsivo de gran valor a dichas construcciones ideales, o tangibles, de los espacios flamencos. Las más destacables son las presentadas por los arquitectos Herzog & de Meuron -en la que la iconoarquitectura flamenca vira a un nuevo punto bastante interesante-, o las de SANAA -en la que se activa el vacío existente, proponiendo un espacio abierto que actúa como plaza durante el día y espacio escénico por la noche; y que sin duda iría, valga la distancia, más acorde con los dictados de Constant-. Y es que, la ciudad en su extensión, o mejor dicho la idea de la misma, es otro de los puntos clave de los espacios flamencos, y como se puede observar, realmente representativos de su topografía. Lorca concibió la ciudad de los gitanos -en un punto imaginario pero iconogeográficamente situado en Jerez de la Frontera-, como un paraíso idílico en el que parecía imposible que el éxtasis y el fervor de sus ciudadanos pudiera ser en algún momento quebrados. Sin embargo, esa paz y armonía reinantes -como sabemos- se vieron interrumpidas cuando las fuerzas del orden invadieron el territorio[40]. «Al final, el recuerdo de esa ciudad, quemada y completamente destruida, quedará grabado en la mente del poeta»[41]. Y así, la destrucción que precede a la reforma y modernización de la ciudad contemporánea, y que se traduce y anticipa a las dos retóricas principales de la construcción de la imagen de la ciudad, de la que nos habla Jorge Ribalta; y el recuerdo y documentación de esa vieja ciudad que desaparece bajo los cimientos de la contemporaneidad, pone en su sien las cenizas de otros tiempos. Más modernos, más nuevos e incluso más flamencos. Y que nos recuerdan, que las formas de vida popular flamenca nunca mueren ni desaparece arrolladas por la homogenización urbana, sino que se soterran bajo el suelo para construir una nueva, y siempre fascinante, arquitectura flamenca con espacios que se mueven, y se moverán, entre el sueño y la construcción territorial.



Relación de imágenes:
1. Maqueta del campamento para los gitanos del Alba, integrado en el proyecto New Babylon del situacionista Constant Nieuwenhuys. 2. Le Corbusier, Dibujo en el libro de visitas de la Residencia de Estudiantes, Madrid, 1928. 3. Sección de una de las viviendas de Stuttgart de Le Corbusier, 1926-1927 (últimas variantes de aquella idea liminar de vivienda fabricada en serie/ Casa Citrohän 1922) 4. Perspectiva y plantas de la casa Citrohän de Le Corbusier, 1920. 5. Emplazamiento del proyecto de viviendas para gitanos en Campaño-Poio, Pontevedra, de los arquitectos César Portela y Pascuala Campos. (Proyecto: 1971. Construcción: 1974-1975) Superficie de las viviendas: 75m2. 6. Proyecto de viviendas para gitanos en Campaño-Poio. 7. Proyecto de viviendas para gitanos en Campaño-Poio (Secciones y planta). 8. Proyecto para la Ciudad del flamenco de Jerez, obra del grupo arquitectónico SANAA (fotografía maqueta). 9. Abstracción caligrafía árabe (utilizada por los arquitectos Pierre de Meuron & Jacques Herzog para el proyecto de la Ciudad del flamenco de Jerez). 10. Sección y disecciones de las torres del proyecto de Herzog & Meuron. 11. Red de movilidad Constant. 12. Red de movilidad proyecto Ciudad del Flamenco de Herzong & Meuron.
PRIMER MANIFIESTO CIAM, 1928
(Encontrado en Ramón González de la Peña, La vivienda racional, recuerdos de la Sarraz, Publicado en el Diario de Jerez (Cultura y Ocio), Jerez de la Frontera, 30/04/2014. p. 46. )
«Los arquitectos abajo firmantes, representando a los grupos nacionales de arquitectos modernos, afirman su unidad de puntos de vista sobre las concepciones fundamentales de la arquitectura, así como sus deberes profesionales para con la sociedad. Insisten particularmente en que CONSTRUIR es una actividad elemental del hombre que está ligada íntimamente a la evolución y al desarrollo de la vida humana. La tarea de los arquitectos consiste pues en ponerse de acuerdo con las directrices de su época. Sus obras deben expresar el espíritu de su tiempo. Rechazan, por consiguiente, de manera categórica emplear en su método de trabajo los principios que pudieran animar las sociedades anteriores; se afirman, por el contrario, en la necesidad de un nuevo concepto de la arquitectura que satisfaga las exigencias espirituales, intelectuales y materiales de la vida presente. Conscientes de las profundas transformaciones aportadas a la estructura social por el maquinismo, reconocen que la transformación del orden y de la vida social implica fatalmente una transformación correspondiente del fenómeno arquitectónico. El objetivo concreto de su reunión es el de llevar a cabo la armonización entre los elementos presentes, colocando nuevamente la arquitectura en el plano que le corresponde que es el económico y el sociológico, y arrancándole del compromiso de las instituciones estériles conservadoras de formas periclitadas del pasado. Animados por esta convicción, declaran asociarse y sostenerse mutuamente en interés de llevar a buen término, moral y materialmente, sus aspiraciones en el plano internacional.»
Manifiesto 1º encuentro internacional de los CIAM, 1928
MANIFIESTO NEW BABYLON, Constant 1974
(Encontrado en Arqueología del futuro. visiones arquitectónicas futuras del pasado, traducción al castellano del manifiesto escrito por Constant en 1974, perteneciente al catálogo de su exposición en La Haya.)
Introducción
Los gitanos que se instalaban temporalmente en la pequeña ciudad piamontesa de Alba tenían la vieja costumbre de montar su campamento bajo la techumbre que resguarda el mercado de ganado que se organizaba los sábados una vez al mes. Encendían sus hogueras, montaban sus tiendas para protegerse o aislarse, e improvisaban allí mismo refugios con cajas y tablas que los mercaderes habían dejado abandonadas. La necesidad de limpiar la plaza del mercado cada vez que los zíngaros acampaban había llevado a la Municipalidad a prohibirles el acceso. Para compensarles les fue asignada una parcela situada en una de las riberas del Tamaro, un pequeño río que atraviesa la ciudad: ¡un terreno miserable! Allí es donde fui a visitarles en diciembre de 1956, acompañado por el pintor Pinot Gallizio, propietario de aquella parcela áspera, cenagosa y desolada que les había cedido. En el espacio que quedaba entre los carros, cercado por tablones y bidones de gasolina, habían formado un recinto, una «villa gitana».Aquel día concebí el plan de montar un campamento permanente para los gitanos de Alba, y este proyecto constituye el origen de la serie de maquetas de New Babylon. Una New Babylon donde se construye bajo un techo con elementos móviles, una casa común; una vivienda provisional, remodelada constantemente; un campo de nómadas a escala planetaria.
Definiciones
La sociedad utilitarista
El término designa todas las formas de sociedad conocidas, incluidos los Estados capitalista y socialistas modernos. Pone en evidencia una realidad fundamental, la misma para todas las formas de vida comunitarias de ayer y hoy, la explotación de la fuerza de trabajo del ser humano. La «utilidad» es el criterio principal en la valoración del hombre y de su actividad. El Creador, el Homo ludens, únicamente puede defender sus derechos de manera excepcional.La sociedad opuesta a la utilitarista es la sociedad lúdica, en la que el ser humano, liberado gracias a la automatización del trabajo productivo, se encuentra finalmente en condiciones de desarrollar su creatividad. Los términos «sociedad de clases» o «sociedad sin clases» no expresan este conflicto, o bien lo hacen de forma inapropiada. Pero es evidente que la sociedad lúdica sólo puede ser una sociedad sin clases. La justicia social no es en absoluto garantía de libertad ni de creatividad, es decir, de la realización de la libertad. La libertad no depende solamente de la estructura social, sino también de la productividad, y el crecimiento de la productividad depende de la tecnología. La sociedad «lúdica » es en este sentido un concepto nuevo.
Homo ludens
Johan Huizinga fue quien utilizó por primera vez este término en un libro que llevaba este título (Homo ludens) y que se subtitulaba «ensayo sobre la función social del juego». En el prefacio, Huizinga habla del hombre que todavía juega en términos bastante moderados: «…puesto que, al fin y al cabo, no somos tan racionales como había imaginado un Siglo de Luces que veneraba la Razón, hemos considerado apropiado añadir a la primera definición de nuestra especie, Homo sapiens, la de Homo faber. Con todo, este segundo término es todavía menos adecuado para definir a los hombres que el primero, puesto que faber puede calificar también a muchos animales. Y aquello que podemos afirmar sobre el acto de fabricar, podemos afirmarlo también sobre el juego: un gran número de animales participa del juego. En cambio, el término Homo ludens, el hombre que juega, creo que expresa una función tan esencial como la de fabricar, y por tanto merece un lugar junto al término Homo faber.Esta prudencia en la utilización del término se explica tal vez por la importancia que la sociedad utilitarista otorga al juego. El Homo ludens nunca ha dejado de ser más una modalidad del Homo sapiens raramente manifestada; un estado que, frente al del Homo faber, pero casi siempre inadvertido. Huizinga, para quien el juego es una huida de la vida «real», no se aleja en su interpretación de las normas de la sociedad utilitarista. Y en sus análisis histórico del tema sitúa precisamente al Homo ludens en los estamentos superiores de la sociedad; más exactamente, en la clase acomodada ociosa, y no en la masa de trabajadores. No obstante, al separar la fuerza de trabajo y producción, la automatización había abierto la vía a un crecimiento masivo del número de Homo ludens. A pesar de todo, Huizinga tuvo el mérito de advertir el Homo ludens en potencia que todos llevamos dentro. La liberación del potencial lúdico del hombre está directamente relacionada con su propia liberación como ser social.
El espacio social
Según los sociólogos, este concepto abarca el conjunto de relaciones y vínculos sociales definen la libertad de movimiento del hombre dentro de la sociedad y también, sobre todo, sus límites. Esta interpretación simbólica del espacio no es la nuestra. Para nosotros, el espacio social es en realidad el espacio concreto de los encuentros y relaciones con otros seres. La espacialidad es social.En New Babylon, el espacio social es espacialidad social. No es posible separar el espacio en tanto que dimensión psíquica (espacio abstracto) del espacio de la acción (espacio concreto). Su disociación sólo puede justificarse en una sociedad utilitarista en la que las relaciones sociales se han interrumpido, donde el espacio concreto tiene necesariamente un carácter antisocial.
El modelo social
El problema de saber cómo se viviría en una sociedad que no conozca el hambre, la explotación o el trabajo, una sociedad donde todos, sin excepción, pudiéramos dar rienda suelta a nuestra creatividad, esta cuestión perturbadora, capital, despierta entre nosotros la imagen de un entorno radicalmente diferente de todo lo que hemos conocido hasta hoy, de todo lo realizado en el campo de la arquitectura y el del urbanismo. La historia de la humanidad no puede ofrecernos ni un solo ejemplo como precedente, puesto que las masas nunca han sido libres, es decir, libres en su creatividad. En cuanto a la creatividad, ¿qué significa, sino rendimiento de la persona humana?Pero supongamos que cualquier trabajo productivo pueda ser totalmente automatizado, que la productividad aumentara hasta el punto de que el mundo no conociera la miseria; que se socializara la tierra y los medios de producción, y que finalmente se racionalizara la producción global; que, en consecuencia, las minorías dejaran de ejercer su poder sobre la mayoría; supongamos, en otras palabras, que el reino marxista de la libertad fuera realizable. Si así fuera, no podríamos hacernos la misma pregunta sin intentar responderla, e imaginar, aunque fuera de manera esquemática, un modelo social en el que la idea de libertad se convirtiera en practica real de la libertad; de una «libertad» que para nosotros no es la elección entre diversas alternativas sino el desarrollo óptimo de las facultades creadores de todo ser humano; pues no puede existir una auténtica libertad sin creatividad.Si situamos todas las formas de sociedad conocidas bajo un mismo denominador común, el «utilitarismo», el modelo a concebir será el de una sociedad » lúdica «- y este término designa las actividades que, liberadas de toda función o utilidad, no son más que productos de la imaginación creadora. Por tanto, comprobamos que el ser humano sólo puede realizarse y alcanzar su nivel existencial más alto en tanto que creador y nada más que creador.Al imaginar una sociedad donde cada cual es libre de crear su vida, de modelarla según sus aspiraciones más profundas, dejaremos de recurrir a las formas y las imágenes de este largo periodo de la historia en que el hombre tuvo que sacrificar la mayor parte de su energía creadora en la lucha sin tregua por la subsistencia. Pero nuestro modelo social será fundamentalmente diferente respecto a los modelos precedentes; también será cualitativamente superior.Empecemos por algunas cuestiones previas:A. La automatización de todas las actividades «útiles» repetitivas libera, a nivel de las masas, una energía que a partir de este momento puede dirigirse a la realización de otras actividades.B. La propiedad colectiva del suelo y de los medios de producción y racionalización de la producción de bienes de consumo facilitan la transformación de esta energía en actividad creadora.C. Al desaparecer el trabajo productivo, los horarios colectivos ya no tienen razón de existir; las masas dispondrán, por contra, de un volumen considerable de tiempo libre.D. La independencia respecto al lugar de trabajo tiene como consecuencia la independencia respecto a la vivienda, al lugar donde se vive; la movilidad en el espacio es entonces mayor.
La red
Es obvio que una persona que goza de libertad para disponer de su tiempo, a lo largo de su vida, con libertad de ir a donde quiera, cuando quiera, no la puede utilizar a su aire en un mundo regulado por el reloj y por el imperativo de un domicilio fijo. Lo que el Homo ludens exigirá del marco de su vida será, en primer lugar, que responda a su necesidad de juego, de aventura y de movilidad, así como todas las condiciones que faciliten la libre creación de su propia vida. Hasta ese momento, la principal actividad del hombre había sido la explotación del medio natural. El Homo ludens, por su parte, querrá transformar, recrear este lugar, este mundo, según las nuevas necesidades que se presenten. De ese modo la exploración y la creación del entorno coincidirán, porque el Homo ludens, al crear su espacio propio para explorar, se ocupará de explorar su propia creación. Con ello asistiremos a un proceso ininterrumpido de creación y re-creación, basado en una creatividad generalizada que se manifiesta en todos los campos de la actividad.Partiendo de esta libertad en el tiempo y en el espacio, se debería llegar a una nueva forma de urbanización. La movilidad, la constante fluctuación de la población, consecuencias lógicas de esta nueva libertad, crea una relación diferente entre lo urbano y el hábitat. El ser humano, sin tener que respetar horario y sin domicilio fijo, experimentará necesariamente una vida nómada en un entorno artificial, completamente «construido». A este nuevo entorno le llamamos NEW BABYLON, y precisamos que no tiene nada, o casi nada, de » ciudad «, en el sentido tradicional del término. La ciudad es una forma de urbanización característica de la sociedad utilitarista: en sus orígenes es una plaza fuerte, de protección contra un mundo exterior hostil, y más tarde, como centro comercial, se convierte en una ciudad » abierta «; posteriormente, en la era de la mecanización, es un centro de producción – y en estos diferentes estadios es el lugar donde reside una población estable, arraigada a un modo de vida particular. La regla, por supuesto, tiene sus excepciones: determinados vínculos entre las ciudades permiten a un número restringido de personas cambiar su lugar de residencia, y provoca de ese modo, un proceso de aculturación, y con ello una de las ciudades adquiere, además de su función utilitaria, la función de centro cultural. Pero este fenómeno es relativamente poco frecuente, y el número de personas implicadas no es considerable.La cultura de New Babylon no es el resultado de actividades aisladas, de situaciones excepcionales, sino de la actividad global de toda la población mundial, porque todo ser humano está implicado en una relación dinámica con su lugar. A priori, no hay nada que ate a las personas. La frecuencia de los desplazamientos de cada persona y las distancias que recorrerá dependen de decisiones que tomará espontáneamente, y a las que podrá renunciar también de manera espontánea. En estas condiciones, la movilidad social de una imagen de conjunto caleidoscópica, revelando cambios repentinos, imprevistos -una imagen que ya no presenta similitud alguna con las estructuras sociales de una vida comunitaria gobernada por el principio de la utilidad, cuyos modelos de comportamiento son siempre los mismos. En nuestro caso, lo urbano debe responder a la movilidad social, y ello implica, en relación a la ciudad estable, una organización más rigurosa a nivel macro, y al mismo tiempo una flexibilidad a nivel micro, que se caracteriza por una complejidad infinita. La libertad de creación exige en cualquier circunstancia que se dependa lo menos posible de contingencias materiales. Presupone, por tanto, una vasta red de servicios colectivos más solicitados por una población en movimiento que por una población estable de las ciudades funcionales. Por otra parte, la automatización lleva a una concentración masiva de la producción en centros enormes, situados fuera del espacio de la vida cotidiana.Los centros de producción del exterior y los equipamientos colectivos en el interior de este espacio determinan las líneas generales de la macroestructura dentro de la cual, bajo la influencia de movimientos determinados, se definirá una micro-estructura más diferenciada y necesariamente más flexible.De estos dos puntos previos, una organización óptima de las condiciones materiales y un máximo desarrollo del espíritu de iniciativa de cada persona, deducimos lo esencial de una estructura que ya no se compone de núcleos, como el hábitat tradicional, sino que se organiza siguiendo el trazado de los recorridos individuales y colectivos, del vagabundeo: red de unidades unidas a su vez unas con las otras, y formando de ese modo cadenas que pueden desarrollarse y extenderse en todas direcciones. Dentro de estas cadenas se encuentran los servicios, y todo aquello que asegura la organización de la vida social; en las » mallas » de la red, las unidades de producción completamente automatizadas, en las que el hombre está ausente.Los elementos de base de la red, los SECTORES, son unidades de construcción autónoma, que sin embargo se comunican entre ellos. La red del sector es percibida desde el interior, como un espacio continuo. New Babylon no se detiene en ninguna parte (porque la tierra es redonda); no conoce fronteras (porque ya no hay economías nacionales), ni colectividades (porque la humanidad es fluctuante). Cualquier lugar es accesible a cada uno y a todos. Todo el planeta se convierte en la casa de los habitantes de la tierra. Cada cual cambia de lugar cuando lo desea. La vida es un viaje sin fin a través de un mundo que se transforma con tanta rapidez que cada vez parece diferente.
Realización
La construcción de New Babylon no podrá iniciarse hasta que la economía se oriente exclusivamente hacia la satisfacción de nuestras necesidades, en el sentido más amplio del término. Sólo una economía de estas características permite la automatización total de las actividades no creadoras, y en consecuencia el libre desarrollo de la creatividad.La realización de New Babylon es un lento proceso de crecimiento de un mundo sectorial que sustituye progresivamente las estructuras urbanas preexistentes. Al principio vemos aparecer, entre las aglomeraciones, algunos sectores aislados que para estás se convierten en polos de atracción, en la medida en que, puesto que la duración del trabajo se reduce, el hábitat sufre una desorganización. En este primer período los sectores son lugares de encuentro, una especie de centros socio-culturales; más tarde, a medida que aumentan en número y que los vínculos que los unen se multiplican, la actividad dentro de los sectores se particulariza y se hace cada vez más autónoma respecto a las zonas de vivienda.Entonces es cuando empieza a definirse un tipo de vida » new-babilónica «, que se desarrolla cuando los sectores reagrupados, constituyen una red: una estructura que puede hacer la competencia a las estructuras del hábitat, cuyo sentido se degrada a medida que el hombre va dejando de participar en el proceso de producción. Dado que el mismo fenómeno se producirá simultáneamente en diferentes lugares, veremos cómo se reagrupan los diversos sectores uniéndose y formando un todo. A partir de este momento la fluctuación será creciente.En una primera fase, el alejamiento de los sectores y grupos de sectores incrementa la demanda de medios rápidos de locomoción. La travesía de las zonas de vivienda debe ser lo más breve posible. Más adelante, cuando se unifica el mundo sectorial y se intensifica la fluctuación, ya no es necesario desplazarse con rapidez para cambiar de lugar.La flexibilidad del espacio interior de los sectores permite múltiples variaciones de entorno y de ambiente sobre superficies relativamente pequeñas. En cuanto a los medios de transporte, éstos ya no serán tan imprescindibles para los desplazamientos. A su función inicial se añade una nueva función: pasar de ser instrumentos de trabajo a ser instrumentos de juego.
Topografía
Vista la amplitud del espacio social de la red sectorial, y su continuidad, el espacio de las circulaciones rápidas ya no coincide con el cuadro de la vida » new-babilónica «. Este último es atravesado por un flujo lento y continuo; el desplazamiento no es más que una de las formas de actividad dentro del sector. Pero no cabe duda de que todavía será necesario, de vez en cuando, circular rápidamente por vía terrestre para recorrer distancias más cortas o por vía aérea. Para el transporte aéreo se pueden prever sobre las cubiertas-terraza pistas de despegue para los aviones y helipuertos. En cuanto a la circulación rápida por tierra, es preciso prever una red viaria los más independiente posible de la red de sectores. Unos trazados a diferentes niveles garantizarían la autonomía de las redes y de las vías. La mejor solución para desatascar las vías terrestres consistiría en levantar los sectores sobre unos pilares lo más espacio posibles. Una de las ventajas de esta construcción es que permite habilitar una serie ininterrumpida de cubiertas-terraza. De esta manera se crea un segundo nivel a la intemperie, un segundo paisaje artificial por encima del paisaje natural.El interior de los sectores depende, debido a sus grandes dimensiones, del sistema de distribución de la energía necesaria para el alumbrado, la ventilación, la climatización, pero esta » dependencia » implica una liberación: la liberación de la alternancia monótona de la noche y el día, algo que la humanidad está deseando desde tiempos inmemoriales.El conjunto de New Babylon se presenta como una red de grandes mallas, la mayoría de las cuales se eleva por encima del suelo. Por lo general, las » mallas » suelen ser zonas sin ninguna construcción, si exceptuamos los centros de producción y de instalaciones, que no tienen cabida dentro del espacio social de los sectores, como por ejemplo las antenas emisoras, quizás también las torres de perforación, los monumentos históricos, los observatorios y otros equipamientos de investigación científica. Una parte de estas zonas libre se destina a las diferentes explotaciones de suelo y a la cría de animales; otra a las reservas naturales, a los bosques, a los parques. La estructura en forma de red facilita su acceso, puesto que las distancias que deben recorrerse son cada vez más cortas.El levantamiento topográfico de New Babylon plantea una serie de problemas que no pueden ser resueltos a través de los medios habituales de la cartografía. Por una parte, la organización en diferentes niveles (tierra, interior del volumen sectorial, cubiertas terrazas), las conexiones entre los niveles, el tipo de comunicaciones y las soluciones de continuidad creadas entre los distintos niveles, solo pueden ser representados en una maqueta. Por otra parte, las estructuras son cualquier cosa excepto permanentes. Se trata, en efecto, de una microestructura en continua transformación para la que el factor tiempo, la cuarta dimensión, desempeña un papel considerable. Por lo tanto, la representación tridimensional tendría únicamente el valor de una instantánea puesto que, incluso admitiendo que el modelo de cada sector pudiera ser reducido a algunos planos y secciones de los diferentes niveles, constituyendo así una especie de atlas detallado de los sectores, todavía sería necesario registrar en todo momento, mediante una notación simbólica a modo de bitácora, todas las modificaciones topográficas que se producen. Para resolver un problema de tal complejidad será preciso recurrir a un ordenador.
El sector
El sector es el elemento más pequeño, la unidad de base de la red » new-babilónica «, uno de los «eslabones» de las cadenas de que se compone. Como es de suponer, sus dimensiones son sensiblemente mayores que las dimensiones de los elementos (construcciones) que constituyen la composición de las ciudades, tal como las conocemos. La escala de estos elementos depende de la trama de las relaciones sociales. En las comunidades rurales, donde las relaciones humanas y los vínculos familiares están estrechamente ligados, el elemento de base es la casa familiar independiente. En las ciudades industriales, dadas sus características, es el lugar de trabajo o de ocio. De ese modo, cada miembro de una familia se crea unos vínculos personales externos a la familia. En estas condiciones aparecen unas unidades de vivienda mayores, unos bloques para diversas familias que en algunas ocasiones están equipados con servicios colectivos. Pero en este caso, al igual que en las comunidades rurales, se trata de poblaciones sedentarias, con un tipo de vida regular.Cuando el grupo familiar se desintegra y la división del tiempo y del espacio deja de estar condicionada por el trabajo productivo, cuando podemos decidir los lugares y la duración de nuestras estancias, los últimos vínculos acaban por romperse. Aun así las relaciones mas o menos duraderas entre sus miembros no habrán desaparecido, pero las relaciones sociales forzadas se verán sustituidas por vínculos emocionales más variados, más cambiantes. La sociedad fluctuante favorece en un grado bastante más alto los contactos y los encuentros fortuitos que las comunidades estables.El sector es una construcción de base (macroestructura) dentro de la cual se construye un entorno. En tanto que soporte, la macroestructura debe permitir la máxima libertad a la construcción permanente (microestructura) del espacio interior. En su forma más simple, el sector presenta varios planos horizontales superpuestos, comunicados entre ellos y con el suelo por elementos verticales, y uno o diversos núcleos fijos para los servicios. Este espacio podría ser ocupado por una estructura más compleja, resultante de la articulación de pequeños espacios variables.Como alternativa a la estructura portante, podemos imaginar también una estructura » flotante «, un sector suspendido, colgado de uno o varios mástiles. La estructura autoportante, otra posible alternativa exige un número reducido de puntos de apoyo, lo cual es una ventaja, pero dado que el módulo y las dimensiones de la microestructura dependen más directamente de la macroestructura, la organización del espacio interior ya no es tan libre. Cualquiera que sea la elección -sector sobre pilares, estructura suspendida o autoportante-, depende también en cierta medida de la situación geográfica.La macroestructura por tanto, comporta una estructura móvil. Las dimensiones del sector son importantes, y en consecuencia cualquier demolición o transformación de la estructura de base implica necesariamente una operación de envergadura. Ahora bien, la vida lúdica de los habitantes de New Babylon presupone transformaciones frecuentes en el interior de los sectores. Para poder realizarlas sin dificultad sería necesario que la estructura del continente fuese lo más neutra posible, y que la estructura del contenido, variable, fuese totalmente independiente de la primera desde el punto de vista de la construcción.La construcción variable es el resultado de la agrupación de elementos móviles (paredes, suelos, escaleras, mangas de ventilación, puentes, etc.) fáciles de transportar, por el hecho de ser ligeros, y que también pueden ser montados y desmontados sin dificultad, y por tanto reutilizados. Cualquier proyecto de agrupación exige la normalización del módulo y la estandarización de la producción. Las dimensiones de la macroestructura vienen determinadas por el módulo de los elementos estándar. Pero no se trata naturalmente de limitar las posibles combinaciones, ni de simplificar las formas, ya que se puede llegar a combinar de muchas maneras distintas un gran número de tipos estándar y de sistemas de agrupación.Mediante estos datos nos podemos hacer una primera idea esquemática del sector. Es un esqueleto básicamente horizontal que se extiende en una zona de entre diez y veinte hectáreas, a unos 15-20 metros por encima del suelo; la altura total está entre los 30 y 60 metros. En el interior, uno o diversos núcleos se reagrupan en un centro técnico y un centro de aprovisionamiento » servicios «, que también es un centro Hotelero de alojamiento, con habitaciones individuales. Algunos sectores están dotados de equipamientos sanitarios, escolares, de almacenaje y de distribución de artículos de uso corriente. Otros tienen bibliotecas, centros de investigación y de todo aquello que todavía es necesario. Los núcleos ocupan una parte del sector; la otra, la parte más importante de New Babylon, es un espacio social de articulaciones móviles: el terreno del homo ludens.La luz del día, por ejemplo, solamente penetra unos cuantos metros; una gran parte del interior debe ser iluminada artificialmente. El proceso de acumulación de calor solar y el de la pérdida de calor en la temporada fría se producen tan lentamente que los cambios de temperatura ambiente apenas influyen en la temperatura interior. Las condiciones climáticas (la intensidad de la iluminación, la temperatura, el estado higrométrico, la ventilación) están todas ellas bajo control técnico. En el interior se puede crear una gama variada de climas, modificables a voluntad. El clima se convierte en un elemento importante en las modificaciones del ambiente, y con más razón por el hecho de que el aparato técnico es accesible a todo el mundo y que la descentralización (de la distribución) permite cierta autonomía del sector o de un grupo de sectores. En lugar de una central única son preferibles diversas centrales más pequeñas, lo cual permite reproducir climas diversos y por qué no, inventar otros nuevos, que opondremos entre ellos, cambiando las estaciones transformándolo según una combinatoria infinitamente variada de acuerdo con la metamorfosis del espacio.El audiovisual será utilizado en la misma línea. El mundo fluctuante de los sectores exige un sistema (red emisora y receptora) descentralizado y público. Gracias a la participación de un gran número de personas en la emisión y en la recepción de imágenes y de sonidos, la telecomunicación perfeccionada se convierte en un medio auxiliar importante del comportamiento social lúdico.
Los «NEW-BABILONIOS» creatividad y agresividad
Vagabundean a través de los sectores de New Babylon en busca de nuevas experiencias, de ambientes todavía desconocidos. Sin la pasividad de los turistas, pero plenamente consientes de su poder de actuar sobre el mundo, de transformarlo, de recrearlo. Para conseguirlo, disponen de un arsenal de instrumentos técnicos, gracias al cual pueden efectuar cualquier cambio deseado sin demora alguna. Al igual que el pintor que con muy pocos colores crea una variedad infinita de formas, de contrastes, de estilos, los «New Babilonios» pueden cambiar continuamente su entorno, renovarlo, recrearlo, utilizando los instrumentos de la técnica. Esta comparación revela una diferencia esencial entre dos maneras de crear. El pintor es un creador solitario que se confronta solamente a las reacciones ajenas una vez terminado el acto creador. Para el «New Babilonio», en cambio, el acto creador también es un acto social: una intervención directa en los asuntos sociales que suscita una respuesta inmediata. La creación individual del artista parece, a ojos ajenos, preservada de cualquier obstáculo y madurada en la soledad. Y solo más tarde la obra adquiere una realidad innegable, que deberá afrontar la sociedad. El «New Babilonio», en cambio, está en contacto con sus semejantes en todo momento de su actividad creadora. Todos y cada uno de sus actos son públicos, cada uno actúa también sobre un medio que es de los demás suscitando reacciones espontáneas. Cualquier acción, entonces, pierde su carácter individual. Por otra parte, cada reacción puede a su vez provocar otra. De esta manera las intervenciones forman reacciones en cadena que no terminan hasta que una situación llevada hasta un punto crítico «explota» y se transforma en una situación nueva. El proceso escapa al control de una sola persona, pero es importante saber quién lo ha desencadenado y quién lo desviará a continuación. En este sentido, el momento crítico (clímax) es una autentica creación colectiva. La medida de la trama espacio-tiempo del mundo «New Babilonio» la establece el ritmo al que se suceden todos los momentos.Desde el punto de vista del Homo faber, New Babylon es un universo poco seguro, donde el hombre «normal» está entregado a todas las fuerzas destructoras posibles, a todas las agresiones. En cuanto a la «agresividad» , el psicoanálisis le ha otorgado una importancia considerable, hasta el punto de definir un «instinto» de agresión. De esta manera, el campo de estudio se ha visto reducido al hombre que lucha por su subsistencia, al ser humano comprometido en este combate inmemorial, al igual que las demás especies.La idea de un hombre libre, que no debe luchar por su subsistencia, no tiene base histórica. También se ha postulado el instinto de autodefensa en tanto que instinto primordial del ser humano y de todo lo que está vivo. Y es a este instinto al que se han referido todos los demás.La agresividad es una manifestación de la voluntad de poder que es propia de un ser desarrollado superiormente (el hombre), con capacidad de previsión, y que en un mundo donde su existencia se ve amenazada puede crearse un lugar seguro a tiempo, es decir, según un plan. Por esta razón la agresividad del hombre no desaparece con la satisfacción de sus necesidades materiales inmediatas. Aparentemente, en los países ricos más industrializados donde el comportamiento agresivo experimenta una mayor regresión, sobre todo entre la clase acomodada. Para esclarecer esta contradicción aparente entre la seguridad material y la persistencia de la agresividad, sería preciso tal vez admitir la existencia de un «instinto» diferente del de autodefensa; del instinto creador, que aparece con la sublimación del instinto primordial cuando las condiciones materiales no son lo suficientemente favorables para que la autodefensa se transforme en espontaneidad abierta.La imposibilidad objetiva de llevar a cabo una vida creativa en la sociedad utilitarista, basada en la supresión de la creatividad pero que reúne sin embargo todas las condiciones favorables para su eclosión, nos permite comprender porqué la agresividad está separada de la lucha por la subsistencia. En la sociedad actual, la misma clase acomodada no puede actuar de una manera creativa, y se entiende perfectamente que se sienta más frustrada que las masas que no poseen nada, pero que luchan por su libertad futura. Puesto que el objetivo de estas luchas es la transformación de la sociedad existente, el combate es creación.
Algunos elementos de la cultura » New Babilónica «
Lo esencial de la cultura «new babilónica» es el juego con los elementos que componen su entorno. Este juego es posible gracias al control técnico integral de todos estos elementos, que de esta manera se convierten en creación consciente del entorno.El entorno se compone de infinidad de elementos, y de muy diversos tipos. Para imaginarlos en su diversidad haría falta empezar por distinguir algunos grupos partiendo de dos criterios diferentes: un criterio objetivo y un criterio subjetivo. El primero nos permite definir:0. Los elementos de construcción del espacio, que definen su fisonomía y que son producto de una planificación previa. Los podemos reagrupar en la categoría de los «elementos arquitectónicos». (Ejemplo: la forma y las dimensiones del espacio, los materiales de construcción, su estructura, sus colores).0. Los elementos que definen la calidad del espacio. Son más maleables y no pueden ser planificados en la misma medida. Son las «condiciones climáticas» (temperatura, humedad, atmósfera, etc.).0. Los elementos que, sin decidir la calidad del espacio, influyen en su percepción. Su utilización es aleatoria, y en su efecto de corta duración. Son los «elementos psicológicos» (Ejemplos: los movimientos, comer, beber, el uso de la comunicación, -verbal o no-, etc.).Otra clasificación según criterios más subjetivos reparte los elementos del entorno según la influencia que ejercen sobre nosotros. De esta manera distinguimos elementos visuales, sonoros, táctiles, olfativos, gustativos, etc.Pero sea cual se el criterio, es difícil aislar un elemento y separarlo de los demás. Y un gran número de elementos importantes pueden pertenecer a categorías diferentes. Así, de entre los elementos escogidos según el primer criterio, la estructura del espacio está ligada a las condiciones climáticas, así como a los movimientos en el espacio. El placer que proporciona el beber y comer no es el mismo en todos los espacios, sea cual sea el clima. En cuanto al segundo criterio, nos permite descubrir asociaciones todavía más complejas. Una estructura, por ejemplo, puede ser percibida por la vista y por el tacto; el lenguaje se dirige igualmente al oído y a la vista. El alimento y la bebida, al gusto, pero también al olfato, a la vista y al tacto. A todos estos elementos se le suman otros que actúan unos con respecto a otros según una estrecha interdependencia. El análisis por disociación sólo se justifica desde el punto de vista del control técnico. Dada nuestra sensibilidad a un entorno, a una atmósfera, no pensamos en distinguir separadamente los elementos que los componen, como tampoco disociamos los diferentes materiales empleados por un pintor cuando contemplamos un cuadro.
La intensificación del espacio
En New Babylon, donde el tipo y la estructura del espacio cambian frecuentemente, se utilizará más intensamente el espacio global. La amplitud del espacio social y de la actividad social dentro del espacio implica una doble consecuencia: el espacio de uso individual es mayor que en una sociedad de poblaciones sedentarias; pero ya no queda espacio vacante, espacio inutilizado aunque sea por poco tiempo, y puesto que se hace de él un uso creativo, su aspecto cambia tanto y con tan buenos resultados que una superficie relativamente pequeña ofrece tantas variaciones como un viaje al rededor del mundo. La distancia recorrida, la velocidad, ya no establece la medida de los desplazamientos, y el espacio, vivido más intensamente parece dilatarse. Pero esta intensificación del espacio solamente es posible gracias a la utilización creativa de los medios técnicos -una utilización que nosotros, que vivimos en una sociedad donde el uso tiene una finalidad, nos cuesta bastante imaginar.Tener éxito en la vida es crearla y recrearla continuamente. El hombre solamente puede vivir una vida a su medida si él mismo la crea. Cuando la lucha por la existencia no sea más que un recuerdo, por primera vez en la historia podrá disponer libremente de toda su vida. Podrá, con total libertad, dar a su existencia la forma de sus deseos.Lejos de permanecer pasivo ante un mundo donde se contenta con adaptarse, de una manera o de otra, a las circunstancias externas, deseará crear otro en el que todos consigan su propia libertad. Para poder crear su propia vida, hace falta que primero cree este mundo. Y esta creación, al igual que la otra, es una misma sucesión ininterrumpida de recreaciones.New Babylon es únicamente obra de los «New Babilonios», el producto de su cultura. Para nosotros es solamente un modelo de reflexión y de juego.
[1] Fernando García Mercadal, La casa popular en España, Espasa-Calpe, Bilbao, 1930. p. 7.
[2] Jorge Ribalta, Laocoonte salvaje, Periférica, Madrid, 2012. (Entrevista entre: Jorge Ribalta, Pedro G. Romero y Gerhard Steingress) p. 241.
* nota: Donn E. Pohren, Una forma de vida, Fundación Fernando Villalón, Morón de la Frontera, 1998.
[5] Recogido en el Estudio II “El hombre soberano de Sade” y que se inspira en el artículo publicado por Georges Bataille en la revista Critique, bajo el título de Le bonheur, l´érotismo et la literature (nº. 35, abril de 1949, y nº. 36, mayo de 1949). BATAILLE, Georges. El erotismo, Ensayo Tusquets Editores, Barcelona, 2005.
[6] VV. AA., Pedro G. Romero, “El sol cuando es de noche. Apuntes para habilitar una poética y una política entre flamencos y modernos, sitio paradójico”, La noche española. Flamenco, vanguardia y cultura popular 1865-1936, Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía, Madrid, 2008. p. 49.
[7] Guy Debord, Des Contrats, Le temps qu´il fait, Congrac, 1995.
[8] Fernando García Mercadal, La casa popular en España, Espasa-Calpe, Bilbao, 1930. p. 63.
[11] VV. AA., Pedro G. Romero, “El sol cuando es de noche. Apuntes para habilitar una poética y una política entre flamencos y modernos, sitio paradójico”, La noche española. Flamenco, vanguardia y cultura popular 1865-1936, Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía, Madrid, 2008. p. 55.
[12] «En el castillo medieval de La Sarraz, en Suiza, con la colaboración de Madame Hèléne de Mandrot, adinerada amiga del arquitecto Le Corbusier y admiradora del maestro suizo, que era propietaria del castillo. Estos congresos se sucederían hasta 1959». Para saber más: Ramón González de la Peña, La vivienda racional, recuerdos de la Sarraz, Publicado en el Diario de Jerez (Cultura y Ocio), Jerez de la Frontera, 30/04/2014. p. 46.
[13] «El secretario general del congreso fue Sigfried Giedion y el comité internacional de honor lo componían algunas personalidades de la política y la economía y varios arquitectos de prestigio como Frank Lloyd Wright, Peter Berhens, Hendrik Petrus Berlage o Eliel Saarinen». Nota extraída de: Ramón González de la Peña, La vivienda racional, recuerdos de la Sarraz, Publicado en el Diario de Jerez (Cultura y Ocio), Jerez de la Frontera, 30/04/2014. p. 46.
[14] «No asistieron todos los invitados, unos porque no se mostraron suficientemente interesados inicialmente, otros, los rusos, porque se les denegó el visado de entrada en Suiza; no todos los asistentes estuvieron de acuerdo con las tesis de Le Corbusier que fueron, básicamente, las que se discutieron; no se trabajó tanto como pudiera parecer, pues gran parte del tiempo se dedicó a actividades lúdicas tales como una jornada de baños en el cercano lago Leman o una vuelta en automóviles por la zona, además de las fiestas y las comidas bien regadas con generosos vinos de las que ha quedado un archivo fotográfico muy sugerente; pero sí consiguieron sentar las bases de los sucesivos congresos en Frankfurt, Bruxelles y Atenas, donde se concretarían la definición de la nueva arquitectura, de la vivienda y de la ciudad del futuro». Nota extraída de: Ramón González de la Peña, La vivienda racional, recuerdos de la Sarraz, Publicado en el Diario de Jerez (Cultura y Ocio), Jerez de la Frontera, 30/04/2014. p. 46.
[15] Ramón González de la Peña, La vivienda racional, recuerdos de la Sarraz, Publicado en el Diario de Jerez (Cultura y Ocio), Jerez de la Frontera, 30/04/2014. p. 46.
[17] «En un esfuerzo sin precedentes, se estudió la vivienda desde todos los puntos de vista posibles para reducir el tamaño de las distintas piezas, buscando nuevos módulos y sistemas constructivos que cumplieran las normas de la calidad óptima, máximo confort y rapidez de ejecución, al mismo tiempo que permitían abaratar los costes, supeditando siempre los intereses particulares a los generales. Se plantearon las soluciones más innovadoras en materia de “programas de necesidades”, tipos y disposiciones que contribuyeron a abaratar los costes y a situar la arquitectura en el primer orden de las disciplinas sociales y en motor del resurgimiento económico. Europa se convirtió así en un muestrario de excelentes ejemplos en materia de vivienda y en productora de los nuevos tipos que se exportaron al resto del mundo (…) Mientras tanto, aquí se establecían por medio del Reglamento de la Ley de Casas Baratas de 1922 disparatados módulos de obligado cumplimiento que hacían las “viviendas baratas” inasequibles para los bolsillos de las clases sociales a las que pretendidamente se dirigían. Es decir, se construían viviendas burguesas con dinero del erario público». Nota perteneciente a: Mª Concepción Diez-Pastor, La vivienda mínima en España: primer paso del debate sobre la vivienda social, Scripta Nova (Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales), Universidad de Barcelona,Vol. VII, núm. 146(023), 1 de agosto de 2003.
[18] Jesús Alvarez, El chabolismo vertical, ABC (Andalucía), Domingo 26 de mayo de 1996. p. 42.
[19] «Su construcción fue concedida por el Ministerio de Vivienda al Ayuntamiento de Sevilla en 1968, y se concluyó en 1977. Ya desde el inicio, comenzó a considerarse una zona insegura. Desde su inicio acogió a personas provenientes de zonas chabolistas como La Corchuela o El Vacie, y otras que deseaban mejorar de vivienda como Torreblanca de los Caños y Los Pajaritos, adjudicándose en su momento los pisos en régimen de propiedad aplazada. Apenas diez años después de su entrega, en muchos de los bloques de pisos carecían de la mayoría de sus servicios originales, como agua caliente o ascensores, que ya no estaban operativos porque habían sido robados los motores. Es considerada como un claro exponente de «chabolismo vertical», en el que sus habitantes conviven con animales más o menos domésticos».
Para saber más: «En el gobierno civil, hubo una importante reunión sobre vivienda:fue objeto de estudio la financiación de las tres mil concedidas por el ministerio al ayuntamiento». Hemeroteca ABC (27 de febrero de 1968); «Construcción de más viviendas». Hemeroteca ABC (23 de junio de 1977); «En las Tres Mil Viviendas, se producen frecuentemente robos y asaltos». Hemeroteca ABC (4 de agosto de 1977); «Sonó la hora de su erradicación.» Hemeroteca ABC: La Corchuela (18 de junio de 1977); Carnacea Cruz, Ángeles/ Ana Lozano Cambara (2011). Arte, Intervencion y Acción Social. Madrid: Editorial grupo 5. p. 408.; «El Cabolismo vertical (parte I)». Hemeroteca ABC (26 de mayo de 1996); «El Cabolismo vertical (parte II)». Hemeroteca ABC (26 de mayo de 1996); «Dominique Abel retrata el arte y la tragedia de los marginados». Diario de Córdoba (22 de marzo de 2003).
[20] Sigfried Giedion, La arquitectura contemporánea en España, Cahiers d’Art, 1931, no. 3, pp.157-164.
[21] Sigfried Giedion, La arquitectura contemporánea en España, Cahiers d’Art, 1931, no. 3, p.157.
[23] «Le Corbusier es conocido por su definición de la vivienda como la máquina para vivir, también llamada la máquina para habitar traducido literalmente. Con ello, Le Corbusier ponía en énfasis no sólo el componente funcional de la vivienda, sino que esta funcionalidad debe estar destinada al vivir, comprendiéndose esto último desde un punto de vista metafísico. Le Corbusier creía que el objetivo de la arquitectura es generar belleza, y que ésta debía repercutir en la forma de vida de los ocupantes de los propios edificios. En cuanto al criterio de «máquina de habitar», Le Corbusier estaba deslumbrado por las entonces nuevas máquinas: en especial los automóviles y aviones; considerando aquellos que tenían diseños prácticos y funcionales como modelo para una arquitectura cuya belleza se basara en la practicidad y funcionalidad, el racionalismo. Convencido que el avance de la industrialización puede ser el vehículo para satisfacer gran parte de las necesidades del hombre intenta, con un criterio práctico y racional, direccionar la arquitectura hacia ese rumbo».
[24] Fernando García Mercadal, La casa popular en España, Espasa-Calpe, Bilbao, 1930. p. 7.
[27] Fue el hostelero afincado en Almería, Rodolfo Lussnigg, el que acuñó el término Costa del Sol para promocionar la costa de Almería a la que hacía referencia originalmente de forma exclusiva. Inició la campaña promocional el 16 de febrero de 1928 en el periódico La Crónica Meridional, con el objeto de atraer a los visitantes que se dirigían a las Exposiciones Internacionales de 1929. En cualquier caso, es a partir del año 1947 cuando empieza a popularizarse el término Costa del Sol en medios de comunicación, sobre todo en el malagueño Diario Sur. Durante los años sesenta el término Costa del Sol se referiría a toda la costa mediterránea de la Andalucía Oriental. Para más información: Almerienses del s.XX, Biografía de Rodolfo Lussnigg; Rodolfo Lussnigg Origen de la denominación Costa del Sol; Patronato de Turismo de la Costa del Sol (ed.): «www.vistacostadelsol.com». Consultado el 27 de enero de 2010.; y Diario Sur (ed.): «Anuario 2000». Consultado el 27 de enero de 2010.
[28] Torremolinos. Un pueblecito de pescadores convertido de la noche a la mañana en sinónimo de fiesta, libertad y mestizaje. En la década de 1950 comenzó el auge del turismo internacional principalmente para británicos, alemanes, escandinavos y franceses; y se consagro como destino gay algo bastante interesante teniendo en cuenta las claves fascistas bajo las que vivía, en apariencia, este paraíso de libertad y creación, y que desgraciadamente terminarían por destruirlo.
[29] Muñoz Fernández, y Francisco Javier, Arquitectura racionalista en San Sebastián. Las conferencias de Fernando García Mercadal y Walter Gropius, Monte Oiz, 1 – 2. C. 48007 Bilbo, 2004. pp.1-2.
[31] Postales y cartas que se conservan hoy en el Bauhaus-Archiv de Berlín (en adelante, BHA). Sobre el viaje de España de Gropius véanse: Isaac Reginald R., Walter Gropius. Der Mensch und sein Werk, t. I, Berlín, Gebrüder Mann Verlag, 1983, pp. 78-90; Joaquín Medina Warmburg, Superficie y profundidad. Walter Gropius, sus viajes a España y la moderna aspiración de objetividad, Arquitectos, núm. 166, 2003, pp. 53-60; y Projizierte Moderne. Deutschsprachige Architekten und Städtebauer in Spanien: Dialog, Abhängigkeit, Polemik (1918-36), Fráncfort, 2005.)
[32] Javier Pérez Rojas y Manuel García Castellón, «El retorno de la arquitectura» El siglo XX: persistencias y rupturas, Silex Ediciones, Madrid. pp. 203-206.
[34] Cesar Portela y Pascual Campos, Viviendas para una comunidad de gitanos en Campaño-Poio (Pontevedra) 1971-1974, artículo/ fotografías Anna Turbau.
[36] Eduard Bru y José Luís Mateo, Arquitectura Española Contemporánea, , Ed. Gustavo Gili, 1984.
[37] VV. AA., Pedro G. Romero, “El sol cuando es de noche. Apuntes para habilitar una poética y una política entre flamencos y modernos, sitio paradójico”, La noche española. Flamenco, vanguardia y cultura popular 1865-1936, Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía, Madrid, 2008. p. 51.
[38] Peter Wollen, Los situacionistas y la arquitectura, Artículos, pp 138-152.
[40] Lydia Rodríguez Mata, Lorca y los gitanos, Revista Bimestral de la Asociación Secretariado General Gitano, Número 7/8, Diciembre 2000. p. 26.
* Javier Pérez Rojas y Manuel García Castellón, «El retorno de la arquitectura» El siglo XX: persistencias y rupturas, Silex Ediciones, Madrid. pp. 203-206.
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